Por: Matías Picallo
Muchas veces se cree, erróneamente que quien consume garan cantidad de noticias, en todos sus formatos (diarios, canales de TV, internet etc.) está "muy informado", es mas; se atribuye como una virtud. Cuando se habla de algún famoso, que no corresponde al mundo noticioso, se puede destacar como gran valor que por la mañana lee el diario, escucha la radio, lee los diarios por internet etc. y, por ende, es una persona informada: “sabe todo lo que pasa”. También podemos asistir a encarnizadas luchas de comentarios en una red social donde, en base a una misma noticia, quienes la conocen por una fuente discuten con quienes la toman de otra fuente, siendo uno solo el suceso dos facciones se enfrentan, desde la comodidad de sus celulares o notebooks, defendiendo motivos y causas como quien efectivamente presencia un suceso, y hasta se reprochan las fuentes: ¿Cuál de ambas facciones tendría la razón?... Ninguna.

Las definiciones sobre que es el periodismo engloban centenares de características y todas se ajustan a la realidad - Para Charnley - “La información corriente de los sucesos del día a día puesta al alcance del público” (Charnley, 1970: 17)[i] parece ser lo más adecuado a lo que intuiríamos acerca del tema, pero resulta escaso ya que esta definición, un tanto básica, es real y es de la forma que se originarían los primeros periódicos en la segunda mitad del S.XIX pero, llegada nuestra época, la actividad periodística debería nuclearse más dentro de la industria cultural descripta por Adorno y Horkheimer y, como tal, una mercancía vendible.
“El periodismo produce las noticias que construyen una parte de la realidad social, y que posibilitan a los individuos el conocimiento del mundo al que no pueden acceder de manera directa. […] toda teoría de la noticia se inscribe dentro una teoría de los medios y en el paradigma mayor de una teoría de la comunicación” (Martini, 2000: 15)[ii].
Comenzamos a desentramar entonces que la noticia no es “lo que de verdad pasa” sino una construcción de un acontecimiento ocurrido no en tiempo real, que es intervenida por periodistas y empresas periodísticas que determinan que es y que no es noticia, de esto se desprende que no todo lo que pasa es noticia por lo cual pasan muchas más cosas de las que pueden apreciarse en las páginas de un diario o en diversas pantallas, comienza entonces a tener más sentido la definición de Herráiz quien sostiene con cruel simpleza que: “Noticia es lo que los periodistas creen que interesa a los lectores. Por lo tanto, noticia es todo lo que les interesa a los periodistas” (Herráiz, 1966: 21) [iii], quizás sería conveniente reemplazar la palabra periodistas por el de emporios periodísticos o medios de comunicación masiva. En efecto es quien maneja la industria periodística quien, según diversos intereses emite información y valores.
¿Es cierto el postulado de que el periodismo es objetivo?: Es total y absolutamente falso, nadie es objetivo en ningún aspecto de la vida. Esto obedece en parte al positivismo que creyera analizar todo como objeto y que poco tiene que ver con la realidad y, en gran medida, por el mito autogenerado por los mismos periodistas (conveniente a las empresas periodísticas) que durante años decía comunicar hechos de forma imparcial, absolutamente libre de emociones, sensaciones, ideas, vivencias y todo aquello que ataña a la experimentación del ser humano, sí; los periodistas son seres humanos y sí; los periodistas trabajan para empresas periodísticas que, ante todo, son empresas y como tales tienen intereses de todo tipo y finalmente económicos.
A esta altura, y con las consideraciones anteriores, podemos analizar y desarrollar los siguientes postulados de Carranza y Delucchi (S. M. Carranza y Delucchi, 2008: 47) necesarios y fundamentales a tener en cuenta cuando consumimos información:
- Los medios no comunican la realidad, sino que transmiten su construcción de ella.
- El periodismo es una actividad cultural que produce valoraciones de los hechos cotidianos. De esta forma se determina qué acontecimientos son noticias y merecen opinión y cuáles no.
- Los contenidos noticiables, es decir, los hechos que merecen ser considerados noticia, no están marcados como tales en la inmediata realidad, sino que son fruto de una serie de operaciones realizadas por el equipo de producción periodística que selecciona, combina, omite, descarta; en fin; reduce la información a “Valores–noticia”.
- El impacto que produce la noticia en el espectador impide que éste perciba las características de la elaboración profesional.
- En la evolución de los medios se manifiestan las agitaciones de la historia y ellos dependen de los modelos sociopolíticos vigentes.
- Los medios son empresas periodísticas muy complejas, es difícil dar cuenta de la totalidad de su funcionamiento.
- Cuando la imagen de un medio se impone “desde arriba” (por grupos económicos, dirigencias políticas, estudios teóricos), puede condicionar al observador y no siempre coincide con la percepción cotidiana, inmediata, no mediatizada profesionalmente.[iv]
Como vimos estas consideraciones distan en gran parte de lo que planteábamos en el primer párrafo. Los medios no reflejan la realidad, sino que la recrean mediante procesos intelectuales y tecnológicos y, su transmisión está sujeta a diferentes sesgos tanto propios del ser humano que además ejerce el periodismo, como de intereses empresarios y personales.
No todo lo que vemos dentro de las noticias es todo lo que ocurre y dentro mismo de lo que nos comunican está todo lo que realmente ocurrió, el hecho ha pasado previamente por la manipulación profesional que “acomoda” el hecho a las necesidades del medio que, a su vez, esconde su manipulación dentro de la potencia del mismo.
El medio que genera contenidos noticiosos es, ante todo, una empresa que emplea periodistas como mano de obra para la realización de su producto, obreros que trabajan por su propia subsistencia. Las empresas poseen diversos intereses lo que las lleva a ramificarse en diferentes áreas (no siempre periodísticas) y eso hace que tiendan a defender y acrecentar su negocio, esto hace que, lo divulgado, nunca atente contra sus propios intereses.
Estas consideraciones son fundamentales a la hora de consumir contenidos noticiosos, no para desacreditarlos, solamente para darle el lugar que corresponde dentro de lo que se denomina industria cultural, para evaluar y emitir juicio conociendo la composición del medio y contraponiendo varias caras de la misma información y sabiendo que el material en nuestras manos es solo una parte de un hecho único e irrepetible. Tener una visión crítica y criteriosa es fundamental para leer periodismo.
[i] Charnley, Mitchell V. “Periodismo
informativo” (Buenos Aires, 1971)
[ii] Martini Stella “Periodismo, noticia y noticiabilidad” (Norma 2000)
[iv][iv]
Carranza de delucchi Silvia, Delucchi
Eduardo “¿Cómo se vinculan el periodismo
y la literatura?” (Biblos 2008)
Este artículo ha sido publicado en:
Title :
Para leer periodismo
Description : Por: Matías Picallo Muchas veces se cree, erróneamente que quien consume garan cantidad de noticias, en todos sus formatos (diarios, canal...
Rating :
5